Todo lo que sucede conviene, todo es perfecto y adecuado, hasta los propios dolores del alma. En este camino de infinito aprendizaje nos topamos con la propia vida, con la vida real, esa que de la noche a la mañana te regala una gran enfermedad, o una pérdida inmensa, o una ruina empresarial.

Pues todo eso que a todos le puede ocurrir también pasó por mí. Una intensa vida donde a través de mis enfermedades y mis propios avatares tanto personales como empresariales, me han ido llevando por un camino donde tenía más sentido el para qué que el por qué. Una vida donde sentía que cada momento incluso los de dolor profundo, se podían transformar en una gran oportunidad para seguir creciendo interiormente, y convertir ese dolor profundo en transformación y forma de vida, tanto personal como profesional.

Esta intensa vida, desde mi nacimiento, me ha hecho explorar y explorarme y así ir abriéndome cada día más, hacia el ser humano, hacia esa capacidad inmensa de abrir el corazón hacia los demás y con ello seguir creciendo como persona y como empresa y el impacto general que conlleva cada uno de nuestros actos en la colectividad.